La argolla de matrimonio

Se han ido quedando en mi memoria
A lo ancho y hondo de los años
Imágenes nítidas de dedos usando argollas de matrimonio

Dedos que han cambiado de forma
Que han doblegado sus caprichos al aro de metal que los abraza

Y cómo he deseado a veces tener una
Una que signifique

Una grabada con una fecha simétrica
números pares que al pronunciarlos
se confundan
con una oración en lengua vernácula

Más que con la boda o el vestido
fantaseo con mi dedo
deformado por una argolla de oro sólido de 18 kilates

Una que indique que llegué a la meta
Que mis esfuerzos rindieron fruto
Y gozaré de un amor eterno sin aleaciones

Más que con la argolla
Fantaseo con la deformidad
Con manos cansadas de amor eterno
Con la misma cabeza en la almohada calva

Fantaseo con la certeza
De conocer a alguien de verdad

Qué piensa cómo creció qué le da miedo qué le excita qué ha comido sus últimos quince o treinta años de vida

¿Qué nos otorga conocer todo sobre la vida de lxs otrxs?

Debe haber allá al final 
En la meta de los metales puros
Una placa brillante que lo explique

¿Qué complicidad se construye acumulando días y noches con una misma persona que deforma su dedo también como tú?

Díganme ustedes que están casadxs si ahí
En esa como estrella terrenal que se asfixia con nosotrxs
Se esconde la respuesta

Las argollas de matrimonio entonces, por cortesía, habría que mirarlas de reojo
Porque mirar a la eternidad de frente representaría lógicamente un riesgo cuántico

Excepto la argolla de mamá
Con esa gozo al verla de cerca
y probármela y saber que no es mía

Sentir cómo ajusta perfectamente en mi dedo anular.